Vice
Almirante de la República de Bolivia
Algunos de mis amigos cuando lean esta nota creerán que
estoy delirando.
La guerra del agua.
Para Cochabamba el tema agua es muy sensible. En esta ciudad el año 2.000 entre
los meses de enero y febrero ocurrió un grave conflicto; “la Guerra del Agua”, que
tuvo como detonante el anuncio de que “Aguas del Tunari” subiría en un 50% el precio de este elemento.
El gobierno rescindió el contrato con “Aguas del Tunari”
Asumo que “la guerra del agua” no fue tal, sino algo muy
bien preparado por el narcotráfico nacional e internacional para frenar la
erradicación exitosa de la coca excedentaria que estaba llevando a cabo el
gobierno de Banzer en vista que los bloqueos de caminos en el Chapare no habían
hecho retroceder al gobierno; hubo que cambiar el escenario del conflicto,
llevarlo del campo a la ciudad. Por la forma en que fueron conducidos sus grupos
se puede inferir que no fue un movimiento social espontáneo sino, muy bien
planificado, incluido el aspecto
táctico, pues sorprendieron a las fuerzas del orden con la coordinación de sus
movimientos. Aparentemente este hecho fue liderado por la “Coordinadora del
Agua”; detrás de esta estuvieron los cocaleros con gente, dinero y logística.
Este acontecimiento fue secundado por el bloqueo a la ciudad de la Paz liderado Por Felipe Quispe semanas
después, que duró un poco menos de un més y fue contundente; logrando debilitar
al gobierno que no se recuperó más. De esos acontecimientos, los interesados sacaron
una valiosa conclusión: Un gobierno no
se tumba desde Cochabamba, se tumba desde la Paz.
La Guerra del Gas.
En octubre del 2003 estalló un conflicto que se lo llamó “La Guerra del Gas”; el
gas, un tema muy sensible para todos los bolivianos. Los actores
principales fueron los mismos: Evo Morales y Felipe Quispe. En esta oportunidad
los principales escenarios fueron las ciudades del Alto, la ciudad de La Paz y
algunas provincias del Departamento paceño; el resto del país estuvo casi en
completa calma, aunque los agitadores hablaban en nombre de todos los
bolivianos. La bandera del golpe fue inicialmente
“que no pase el ducto de gas por
territorio chileno” y terminaron
con que “no se venda el gas a los mercados
de Norte América por ningún puerto”. El Gobierno de Sánchez de Lozada fue
derrocado; posteriormente los sediciosos fueron amnistiados por el presidente
Carlos Mesa sin que nadie los acuse de nada, conscientes de que no eran héroes
sino golpistas. Conscientes de su delito.
En los acontecimientos movilizaron a miles de
personas, que como se sabe, percibían entre 20 y 50 bolivianos el día, o como
sucedió en la ciudad del Alto, muchos fueron amenazados con cortes agua,
energía eléctrica y en otros casos con la quema de sus casas.
A mi criterio “la Guerra del Agua” y la “Guerra del Gas”
son hermanas; financiadas
y organizadas por los mismos actores nacionales
e internacionales con el propósito de que no se toque la coca, materia prima
para producir cocaína que pareciera tener la consideración de un recurso
estratégico para financiar proyectos inconfesables; recursos económicos de los
que no se rinde cuenta a nadie. Había que evitar la erradicación de la coca y colocar
un gobierno que la “cuide”, nada mejor que un cocalero.
El resultado; el Sr. Evo Morales Ayma es Presidente de
Bolivia desde el 2006, acaparando el poder absoluto con más de 700 exiliados; el
país se ha des institucionalizado; la democracia es una fachada; Bolivia se ha
vuelto “un narco Estado”; Cochabamba no tiene agua y el Perú vende gas al mercado que debimos vender nosotros
por un valor de 1.800 millones de dólares.
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