jueves, 12 de diciembre de 2013

Dos Grandes Mentiras Históricas

Ismael Schabib Montero
Vice Almirante de la República de Bolivia

Algunos de mis amigos cuando lean esta nota creerán que estoy delirando.

La guerra del agua. Para Cochabamba el tema agua es muy sensible. En esta ciudad el año 2.000 entre los meses de enero y febrero ocurrió un grave conflicto; “la Guerra del Agua”, que tuvo como  detonante el anuncio de  que “Aguas del Tunari”  subiría en un 50% el precio de este elemento. El gobierno rescindió el contrato con “Aguas del Tunari”

Asumo que “la guerra del agua” no fue tal, sino algo muy bien preparado por el narcotráfico nacional e internacional para frenar la erradicación exitosa de la coca excedentaria que estaba llevando a cabo el gobierno de Banzer en vista que los bloqueos de caminos en el Chapare no habían hecho retroceder al gobierno; hubo que cambiar el escenario del conflicto, llevarlo del campo a la ciudad. Por la forma en que fueron conducidos sus grupos se puede inferir que no fue un movimiento social espontáneo sino, muy bien planificado, incluido  el aspecto táctico, pues sorprendieron a las fuerzas del orden con la coordinación de sus movimientos. Aparentemente este hecho fue liderado por la “Coordinadora del Agua”; detrás de esta estuvieron los cocaleros con gente, dinero y logística.

Este acontecimiento fue secundado  por el bloqueo a la ciudad  de la Paz liderado Por Felipe Quispe semanas después, que duró un poco menos de un més y fue contundente; logrando debilitar al gobierno que no se recuperó más. De esos acontecimientos, los interesados sacaron  una valiosa conclusión: Un gobierno no se tumba desde Cochabamba, se tumba desde la Paz.
La Guerra del Gas. En octubre del 2003 estalló un conflicto que se lo llamó “La Guerra del Gas”; el gas,  un tema muy sensible  para todos los bolivianos. Los actores principales fueron los mismos: Evo Morales y Felipe Quispe. En esta oportunidad los principales escenarios fueron las ciudades del Alto, la ciudad de La Paz y algunas provincias del Departamento paceño; el resto del país estuvo casi en completa calma, aunque los agitadores hablaban en nombre de todos los bolivianos. La bandera del golpe  fue inicialmente “que no pase el ducto de gas por territorio chileno” y terminaron con que “no se venda el gas a los mercados de Norte América por ningún puerto”. El Gobierno de Sánchez de Lozada fue derrocado; posteriormente los sediciosos fueron amnistiados por el presidente Carlos Mesa sin que nadie los acuse de nada, conscientes de que no eran héroes sino golpistas. Conscientes de su delito.
En los  acontecimientos movilizaron a miles de personas, que como se sabe, percibían entre 20 y 50 bolivianos el día, o como sucedió en la ciudad del Alto, muchos fueron amenazados con cortes agua, energía eléctrica y en otros casos con la quema de sus casas.

A mi criterio  “la Guerra del Agua” y la “Guerra del Gas” son hermanas;  financiadas y  organizadas por los mismos actores nacionales e internacionales con el propósito de que no se toque la coca, materia prima para producir cocaína que pareciera tener la consideración de un recurso estratégico para financiar proyectos inconfesables; recursos económicos de los que no se rinde cuenta a nadie. Había que evitar la erradicación de la coca y colocar un gobierno que la “cuide”, nada mejor que un cocalero.

El resultado; el Sr. Evo Morales Ayma es Presidente de Bolivia desde el 2006, acaparando el poder absoluto con más de 700 exiliados; el país se ha des institucionalizado; la democracia es una fachada; Bolivia se ha vuelto “un narco Estado”; Cochabamba no tiene agua y el Perú vende  gas al mercado que debimos vender nosotros por un valor de 1.800 millones de dólares.

¿Qué hacer? Ganar las elecciones del 2014 para recuperar la patria.

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