Rojer (Chiqui) Martínez Becerra
Asesor Legal FEDJUVE y ex Dirigente FUL
Resulta
que a fines del 2011 Sérgio Céspedes estaba
por ser destituido de su cargo de fiscal, entre otras cosas que se
acumularon en su hoja de servicios fiscales, por
el manejo irregular del caso del asesinato del
ciudadano argentino Gustavo Oteman (La Paz, 26 de julio del 2010). Producto de esto y ya desesperado Sérgio Céspedes A. recurre a su entonces amigo confidente y colega jefe, el entonces poderoso Superfiscal
Antiterrorismo Marcelo Soza A., con quién había
trabajado en esa época en la investigación
del el Caso
conocido como Patricia Flores, para que le
dé la
mano salvadora que necesitaba para no perder
su trabajo y quedar con su file de 25 años de servicios marcado definitivamente
por negligencia y corrupción.
Marcelo
Soza A., en ese entonces hombre muy
poderoso, solidario con su amigo en desgracia, se traslada a Sucre para tratar de solucionar
expresamente las dificultades de su experimentado “creador y armador de
angustias ajenas” y después de explicar la situación, consiguió inicialmente
que los complicados problemas que presentaba Céspedes en su expediente sean
cerrados y posteriormente, justificó ante el entonces
Fiscal General del Estado, Dr. Mario Uribe la
necesidad de la incorporación de Sergio
Céspedes en el equipo de fiscales asignados
al supuesto Caso de Terrorismo, en consideración a su experiencia y a la necesidad de
su concurso, a la vez que bajo el rótulo de la “confianza personal”, hizo imprescindible su inmediata
puesta a disposición bajo el compromiso de que “con la gratitud de Céspedes por
la mano alcanzada (léase favores recibidos)”, este se comprometía en encontrar
los elementos y formas que permitan al espinoso caso de supuesto Terrorismo, en
llegar a una
sentencia
condenatoria en poco tiempo.
El
Dr. Mario Uribe cedió ante la presión de Soza
y dispone la inmediata incorporación de Céspedes al
equipo de fiscales del supuesto Caso de Terrorismo, convencido de haber encontrado finalmente una salida
favorable al caso, colocando al lado derecho del blindado Superfiscal
Antiterrorismo, a un hombre de su extrema confianza. De esa manera,
Céspedes logra revertir la determinación de su destitución e
inesperadamente consigue un preciado plus, continuar
trabajando en el caso más importante que
haya manejado históricamente el Ministerio Público en ese su oscuro desempeño
al que nos tiene acostumbrados.
Como
siempre, la vida trae sorpresas, a veces más rápido de lo esperado, el
“delincuente confeso” Marcelo Soza A. cae un día en desgracia y le llegaba la “oportunidad” a Sergio Céspedes de devolver
de alguna manera, la razón que lo tenía sentado en ese preciado trono;
sorpresa, amarga sorpresa para el ex poderoso hombre, su protegido no titubea
en calificarlo como un “delincuente confeso”
por haber huido y buscado protección en un
vecino país.
Son
muchos sus conocimientos y muchas más aún sus habilidades y destrezas, pero hay
algo que no aprendió Sergio Céspedes o quien sabe confundido por los placeres que este
coyuntural momento le está permitiendo gozar,
no le ha permitido detenerse un minuto, solo
un minuto para valorar. El mundo da vueltas
y mucho más
temprano de lo que el mismo puede sospechar, va a seguir el mismo
camino que su
otrora poderoso ex amigo Marcelo Soza y ahí lo encontraremos,
será uno más de aquellos que despotrican contra el gobierno que lo obligó a las buenas a ponerle su firma a tanta cosa indebida, a cometer cientos de
pecados, injusticias e irregularidades ¿No ha visto lo que
le pasó a Santos Ramirez, a Félix Patzi, a Fernando Rivera, a Boris Villegas, a Denis Rodas, a Isabelino Gómez, a Edward Mollinedo, o a
su dependiente Richard Cerda? Ellos solo por citar a algunos, la mayoría, sus ex
compañeros de “aventuras y travesuras” en el caso de supuesto Terrorismo; la lista de serviles y
tontos útiles que fueron descartándose y cayendo en el camino a medida de que
perdían utilidad o comenzaban a causar molestias.
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