Diputado
Nacional
Aunque el gobierno no quiera admitirlo, el Caso de supuesto Terrorismo
finalmente ha sido aclarado después de 5 años de una práctica incesante de
mentiras e imposturas. La verdad que siempre llega, ha sido dura e implacable
con los hechos y aunque podemos asegurar que corresponden recién a una pequeña
parte de una gran farsa política que se anota, sin contendiente cercano, como
el escándalo judicial más vergonzoso en la historia de la administración de
justicia en este Estado digno de mejor suerte para todos sus hijos. Algunos
detalles que hasta hoy han sido públicamente revelados, corresponden a un
trabajo profesional muy bien planificado, en lo que significa una nada
despreciable cantidad de tiempo y recursos económicos distraídos en lo que se
convirtió en el proyecto ”político militar” más audaz de la era de juan Evo
Morales Ayma; acompañada desde sus inicios de una aparatosa y despiadada
campaña de manipulación mediática.
Hoy, con el rompecabezas a medio armar, todas las piezas encajan
perfectamente y ya no queda ninguna duda de que los artistas de este “proceso
de cambio” fueron los armadores intelectuales y operativos del montaje de toda
esta tramoya (ahora con pequeños residuos aplicables solamente a una noche de
Halloween) con el único propósito de descabezar a la dirigencia cívico –
empresarial cruceña, pero con una onda expansiva, también previamente
dimensionada para el efecto, que abarcó desde Pando hasta Tarija, como un
mecanismo que permitiría la aplicación oportuna de ese amenazante slogan del
“ahora es cuando” que comenzó a abrir las primeras sendas desde el trópico
cochabambino e irradió temor desde el inicio de la campaña electoral del año
2005; las regiones afectadas por esta infamia habían incomodando demasiado al
masismo desde que asumió el poder, representando un escollo para el proyecto
totalitario de perpetuarse en el poder con una liviana pero ágil propuesta de
implementación de una alternativa autonómica construida apresuradamente y
prendida con la salivita de un niño.
Pero una vez más la sabiduría de los pueblos y tal como dice ese otro
proverbio popular: “No hay inventor que no se joda con su invento”, esto es lo
que está golpeando al masismo con un impacto directo a su reducido segmento
cavernario, esos que se han auto titulado como los “radicales pensantes” y que
no son otra cosa que la nueva realeza imperial de este proyecto que perdió
definitivamente su esencia popular e indigenista. Este agonizante caso de
supuesto terrorismo, con sus ejecuciones extrajudiciales, con muchos nuevos
millonarios, con abusos inimaginables y tantos otros defectos y errores que
cada día aparecen pero que cada vez nos sorprenden menos, es el mismo caso el
que hundirá al “proyecto de cambio” en las elecciones presidenciales del 2014.
Esta “brutal genialidad” nacida en los pasillos y oscuros rincones de la
Vicepresidencia del Estado, tuvo como punta de lanza y capitán de cancha, al
mismísimo hermano del segundo hombre más importante del Estado, un siniestro
personaje llamado Raúl García Linera como brazo operativo y como colaboradores
inmediatos e incondicionales a Carlos Núñez del Prado (+) y a otro personaje
totalmente desconocido hasta ese entonces, Luis N. Clavijo Castro, que son los
ideólogos que preparan el complot infiltrando a Walter Andrade y Marilyn Vargas
para colocar los explosivos en dos domicilios de la ciudad de Santa Cruz y a un
hombre pueblerino, Ignacio Villa Vargas, para que después de iniciadas las
investigaciones sirva de testigo clave e involucre a los dirigentes cruceños.
Este extremo queda demostrado en el video soborno donde aparece Carlos Núñez
del Prado entregándole la nada despreciable suma de $us. 31,500.- provenientes
de las arcas del Estado y producto de las recaudaciones de los impuestos que
pagamos todos los bolivianos, para que el “testigo estrella” se vaya a la
Argentina y permanezca zambullido por un tiempo. Hasta ese momento, Villa
Vargas ya había declarado varias veces e involucrado a muchos ciudadanos
cruceños inocentes.
A todo esto, Luis N. Clavijo comparte la información “secreta y
clasificada” con su amigo y socio de todo lo que se gestaba desde la ciudad de
La Paz para someter a la dirigencia cruceña. Este abogado detecta una gran
oportunidad de negocios y prepara las listas de persecución y sienta las bases
para el futuro trabajo de extorsión a líderes cruceños que deberían ser
involucrados, siguiendo un orden de jerarquía política, social y la
importantísima información referida al tamaño de sus billeteras. Es así que
Luis N. Clavijo y su amigo y socio, con la aprobación de Raúl García Linera, se
constituyen desde el inicio de esta aventura, en la primera y hasta entonces
única alternativa existente para solucionar las desgracias de aproximadamente
dos centenares de cruceños que cayeron en sus fauces.
Este hecho es confirmado en los audios, ahora imposibles de desconocer,
atribuidos al ex fiscal Marcelo Soza, donde asegura que su persona y su
trabajo, eran utilizados por Luis N. Clavijo y su amigo y socio para amedrentar
y extorsionar a la dirigencia cruceña. Este es el motivo por el que Soza
detiene a Zvonko Matkovic Ribera y a Juan Kudelka, para enviar un mensaje claro
a los cruceños, para que su Clavijo y su amigo y socio, públicamente deje de
ser un canal visible que solucionaba los problemas de miedo que eran
diariamente administrados desde su oficina. Una vez apartados del camino de la
competencia, Luis N. Clavijo, los canales posibles de salvación, pasaban por
los abogados del Ministerio de Gobierno y el mismo fiscal Marcelo Soza,
apuntalado por su propio equipo de “barredores”, trabajando obviamente en base
a las listas preparadas inicialmente por los tres verdugos del Hotel “Las
Américas”.
El caso de supuesto Terrorismo se convirtió en un lucrativo negocio y
los responsables del gobierno se volvieron ciegos, sordos y opas hasta tanto
sus objetivos políticos eran cumplidos. Los problemas comienzan al interior del
Ministerio de Gobierno y el Ministerio Público, cuando las cuentas dejaron de
cuadrar y cundió la desconfianza entre los socios incestuosos. La “producción
de pruebas” no se hizo esperar y desde el interior de esas dependencias
públicas y de la Policía Nacional, se inundó “el mercado” con videos y audios
que cruzaban acusaciones y responsabilidades; este segmento de la historia
concluye con la detención de los abogados del Ministerio de Gobierno por
motivos ajenos y otros vinculados al caso y poco tiempo después, el mismísimo
Marcelo Soza fue grabado relatando detalles de las irregularidades del proceso.
Este hecho marca el inicio de la caída de Marcelo Soza, la acelerada
desvalorización del caso de supuesto Terrorismo y finalmente, el inicio de la
caída del masismo en el gobierno.
Más allá de lo que muchos aseguran con o sin conocimiento de lo que
vendrá, ya no sorprendería a nadie que en vísperas de la publicitada reunión
del G 77 +China, aparezcan nuevas evidencias que terminen de comprometer
nuestra seriedad como país con una sociedad inviable. Esperemos que las partes
faltantes en la historia, extraña e inexplicablemente filmadas y grabadas, como
el esperado video de la ejecución de tres ciudadanos extranjeros en el Hotel
“Las Américas” y otros de los que se comenta públicamente desde mucho tiempo
atrás, no sean utilizados para empañar el éxito de un encuentro internacional
que está dejando a cambio de nuestro cobarde silencio, obras de importancia
para nuestra ciudad.
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