Potosí cerca a La Paz para hacerse atender con un extenso pliego de demandas
a través de las cuales exige su desarrollo.
Un cerco parecido, aunque más radical, impulsaron, organizaron y ejecutaron los
masistas en Sucre en 2005, movilizando mineros de Oruro y Potosí, con
dinamitazos y amenazas de linchamiento, para impedir la sucesión constitucional
que le correspondía al cruceño Hormando Vaca Díez a la Presidencia de la
República.
Otro cerco, más brutal, armado y asesino, fue el que, para frenar las demandas
autonomistas, promovió y articuló este gobierno contra Santa Cruz a la cabeza
de un activista de apellido Surco el año 2009, cerco que acabó con la vida de
un profesor de Portachuelo y un joven dirigente unionista.
Las prácticas de cercar ciudades, bloquearlas y ahogarlas, las impuso el MAS
desde la oposición y las promovió y financió desde el gobierno contra Santa
Cruz.
Ahora resulta que Potosí, bastión electoral del masismo, recurre al mismo
método, nada menos que en el patio principal de la sede de gobierno.
Esta vez, el inventor se jode con su propio invento y, en casa, recibe goles a
domicilio.
Como era previsible, desde el gobierno se trata de desnaturalizar la
movilización potosina acusándola de opositora y endilgando su autoría, cuando
no, a la "derecha desestabilizadora".
¿Y no eran también desestabilizadoras y opositoras las movilizaciones que el
masismo ejecutó cuando no estaba en el gobierno?. ¿Acaso no resultó
maquiavélicamente utilitario este método de presión social, movilizando gente de
otras ciudades para intimidar y amedrentar cruceños?.
Pues no había sido tan agradable el cerco cuando es en contra y sobre todo,
cuando se lo tiene... tan cerca.
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