jueves, 28 de agosto de 2014

Ha nacido un nuevo monstruo: el elector boliviano

Delmar Méndez

Este ente sí que es despreciable. Tiene la moral distorsionada. Acepta como valores positivos el despilfarro, el narcotráfico, la corrupción y la impostura. Confunde lo conveniente de lo que es penosamente desventajoso para sí mismo y para la mayoría. Comulga con la arrogancia de la ignorancia. No aprecia el valor de la libertad ni la educación. Admite como virtud el despotismo, la arbitrariedad y el autoritarismo. No reconoce el mérito de la justicia.

Este ser no atribuye valor alguno a la institucionalidad democrática. No tiene noción de lo indispensable que es, para su propio bien y del resto, el libre pensamiento, la libertad de expresión, el estado de derecho, la independencia de poderes.

La ausencia de conciencia del enorme perjuicio que le representa el cultivo de estos antivalores, lo hace un ser irresponsablemente desconectado de la realidad nacional. Tiene una visión superficial de su presente y anulada la percepción de su futuro.

Tampoco tiene un sólido conocimiento del pasado reciente. Desconoce el auténtico origen de la disponibilidad de recursos económicos en el país, y atribuye la supuesta bonanza a una “acertada” conducción del Estado.

No sabe, no quiere saber o ya se olvidó, que en Bolivia existen más de 700 perseguidos políticos, exiliados, refugiados o en la clandestinidad. Ayudó a sepultar con su silencio, conformidad e indiferencia, a decenas de muertos y asesinados por pensar diferente al régimen.

Hay algo que sí sabe con irrefutable certeza, pero que ya no reprocha y eso es lo justamente preocupante en su discernimiento moral. Este ser, sabe que en este país hubo una ejecución extrajudicial y que se armó y montó un escandaloso caso de terrorismo, que nunca existió, para injustamente dañar a decenas de familias en el Oriente, como parte de un macabro plan para acabar con las demandas autonómicas y distorsionarlas.


Pues, con todo lo que no sabe, con lo que tiene tergiversado, con su apreciación superficial, distorsionada y manipulada de que lo pasó, de lo que pasa y de lo que puede pasar; este ser, aún con lo que sabe e irresponsablemente prefiere obviar, ya tiene una inconmovible decisión tomada y la materializará en octubre. Ha nacido un nuevo monstruo: el elector boliviano. 

viernes, 15 de agosto de 2014

Se viene el Mega Fraude Electoral…

Alejandro Brown I.
Perseguido Político

El gobierno de Evo Morales viene haciendo alarde de la modernización y de los avances tecnológicos alcanzados en los 8 años de su gobierno. Sin embargo, cuando hablamos del censo poblacional parece que hemos retrocedido 50 años ya que han transcurrido 2 años y no contamos aún con los resultados oficiales de dicho censo. En el 2001 cuando se realizó el anterior censo a los 6 meses de haberse realizado ya teníamos las cifras oficiales de dicho trabajo con un margen de error aceptado internacionalmente.

Estas cifras son muy importantes para poder planificar el desarrollo del país. Las instituciones del gobierno nacional, departamental y municipal se encuentran con los ojos vendados cuando se quiere priorizar las inversiones de orden público por no contar con estos datos. Sin embargo, el gobierno ha preferido no divulgar estos datos para no quedar al descubierto con el Mega Fraude Electoral que están montando para las próximas elecciones presidenciales de octubre 2014.

A continuación un cálculo sencillo basado en los datos oficiales del censo 2001 para demostrar el Mega Fraude. De acuerdo al INE (Instituto Nacional de Estadísticas) en el 2001 había una población de edad de 5 años y más de 7,118,115 habitantes. El que tenía 5 años en el 2001 ahora tiene 18 años y puede votar.

Por otra parte, según el INE la tasa de mortandad bruta es de 7.86 x 1,000 habitantes anual. Por lo tanto, en 13 años han fallecido aproximadamente 727,329 habitantes. Quedarían entonces 6,390,786 habitantes habilitados para votar.

Por otra parte, según un estudio realizado por la OEA se calcula que han emigrado 2.5 millones de Bolivianos desde el 2001 hasta el 2010. Para nuestro análisis vamos a considerar que solo un millón de bolivianos que migraron durante este periodo quedaron viviendo en el exterior, los demás habrían retornado a vivir a Bolivia. Nos quedamos entonces con una población habilitada para votar de 5,390,786. Si a este número le quitamos los que no se inscriben (10% de abstención), deberíamos quedar con un padrón electoral de 4,851,707 votantes.

Para sorpresa nuestra el gobierno hace poco ha declarado a través del TSE que el padrón electoral es de 5,949,519 votantes, habiéndose llegado a lo pronosticado.

Según este simple análisis hay aproximadamente un millón de votantes inscritos de forma fraudulenta lo que equivale a 23% del padrón electoral.

Por este motivo el gobierno no muestra los resultados del censo 2012, porque hay más inscritos que población.

Así cualquiera gana en la primera vuelta…